jueves, 26 de abril de 2012

MEJOR QUE DECIR, CALLAR...

... o pintar, podríamos agregar. Una de las cosas que siempre me inspiraron fue que el arte (y coincido con Borges en que la filosofía, como rama de la literatura, es arte) es capaz de generar y transmitir algo que es muy difícil poner en palabras. Aún cuando la disciplina se valga de ellas para provocarlo.

Un 26 de Abril de 1937 se producía el bombardeo sobre Guernica, producto de la siniestra alianza entre la alemania nazi, la italia de Mussolini y el ejercito franquista sobre una población civil para evitar la retirada de un ejército próximo. Más allá de la posición ideológica, política, o lo que sea, y de cualquier análisis que se pueda hacer, ese bombardeo quedará para siempre ligado al cuadro pintado por Picasso para la exposición Internacional de París del 37 (cuadro que no reproducimos en este blog porque no tenemos la plata para pagarle a los herederos de Pablo...). Aquellos que hayan tenido la suerte de verlo en persona, sabrán que hay algo que el cuadro nos produce, algo en el cuerpo, que nos transfiere parte del dolor y sufrimiento que se produjo en la ciudad vasca. Algo que es imposible de poner en palabras.



Un 26 de Abril, pero unos años antes, en 1889, había nacido Ludwig Wittgenstein. Su "Tractatus logico-philosophicus" termina con esta afirmación: "De lo que no se puede hablar hay que callar". Cuando un artista se enfrenta al horror así, el resto es silencio.

1 comentario:

  1. Poderosa sensación en el Reina Sofía,al ver El Guernica...Inolvidable.cuerpo desplomado y la necesidad de callar. Nudo en la garganta y estremecimiento.

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