sábado, 24 de marzo de 2012

TEAR DOWN THE WALL

Michel Houellebecq sostiene en Las Partículas Elementales que la revolución sexual no fue otra cosa que la irrupción del capitalismo en la vida privada de las personas, en aquel lugar de intimidad en que las personas seguían siendo personas y no consumidores. A partir de ese momento, no sólo había que tener el traje de moda, sino tener las tetas de moda, el tamaño del pene correcto y ejecutar el acto sexual de la forma que se espera. Todo es medible: los tamaños, la cantidad de acabadas, la cantidad de amantes. Y si se puede medir, se puede comparar e intercambiar, o sea, se puede poner en el mercado…

Siguiendo esta lógica, la irrupción de los VIPs en los recitales es la fagocitación del rock (entendido como cultura, o mejor como contracultura) por el capitalismo. La conversión de esa contracultura en espectáculo. Además de cumplir con los mandatos sociales y sexuales, tenemos que tener la entrada VIP más VIP de las VIP (sí, porque dentro del VIP hay gente no tan VIP).


Cuando Roger Waters canta en River para que derriben el muro ¿a qué muro se refiere? A los ladrillos que separaban dos potencias mundiales, a las pantallas de última generación que se instalan entre él y la audiencia, o al vallado que asegura que los que pagaron mucho puedan verlo de cerca y sentados? Como dijo el gran Billy Bond: rompan todo… o paguen el VIP!!

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