sábado, 24 de marzo de 2012

DISCO ES CULTURA


Siempre tuve una extraña sensación con la etiqueta "Disco es Cultura". Cuando era adolescente (por suerte, más tarde o más temprano a todos se nos pasa ese lamentable estado) y tenía en mis manos alguno de esos discos que me marcaron pensaba "¿No se dan cuenta aquellos que manejan el sistema que nos están avisando que ahí hay algo nocivo, algo que atenta contra ellos mismos". Es como si le pusieran la Marca de Caín (a propósito, el padre de la música) para que los atentos (o los suficientemente distraídos) pudiéramos reconocerlo. Disco es Cultura. ¿Qué cultura? ¿La de ellos? ¿O nos alertaban de la existencia de Otra Cultura que estaba latente, por asaltarnos?

Claro que aquella mirada ingenua no permitió ver el verdadero significado, que esta amenaza latente iba a ser absorbida por el sistema con la inefable ayuda de los propios músicos (como si al capitalismo le hiciera falta que le dieran una mano…). Ahora podrían poner Disco es Mercadería... O directamente no poner nada, inventar un dispositivo digital que permita bajar música en forma supuestamente ilegal y ahogar cualquier amenaza con megabytes de porquerías que sólo se pueden tolerar una sola vez. Con la obligación de nunca escuchar un disco entero, siempre saltar a los temas que hay que conocer, se destruyó la idea de una obra musical y se la reemplazó por entretenimiento. ¿Por qué esperar por algo, no? No vaya a ser cosa que algo suceda en la espera.

¿Serán tan obsoletos los discos como aquella amenaza imaginada? ¿Se puede seguir pensando en una nueva Cultura? ¿O tiene razón Solari y deberíamos empezar a poner en las zapatillas la leyenda "Nike es Cultura"?

3 comentarios:

  1. Me acuerdo el cosquilleo de ansiedad, antes de comprar un L.P( yo soy del tiempo del vinilo). Escuchar el último de Zeppelin o el último de Spinetta recién traído de la disquería,era algo inexplicable.Tal vez eso se acabó,uno tiene acceso enseguida a la obra completa de cualquier artista.Pero bueno...habrá que adaptarse.

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  2. Uy, yo siempre pensaba que era "Disco Escultura", queriendo decir que eran una obra de arte imperecedera, que iba a quedar en el mármol, o algo así...

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  3. El hecho del acceso inmediato a la obra es una ventaja, no lo discuto. Hace años que quiero comprar Kamikaze y no lo encuentro en ningún lado, si no fuera por tenerlo en MP3 no lo podría escuchar. No es eso lo que me molesta, sino que con cada nuevo dispositivo de reproducción pareciera que no se busca más fidelidad o calidad de sonido, sino hacer la escucha más efímera. Porque eso le quita el esfuerzo, el ejercicio de escucha del disco, el intento de interpretación, o sea el placer de escuchar. Y nosotros que estamos formados por un patrón añejo no somos conscientes, pero las nuevas generaciones (obviamente esto es una generalización) le escapan a hacer cualquier esfuerzo para apreciar algo.

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